16-02-2024
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01-06-2023
La ciudad perfecta plantea la siguiente pregunta; perfecta, ¿para quién y para qué?
¿EXISTE LA CIUDAD PERFECTA?
La utopía de crear una ciudad perfecta ha intrigado a la humanidad desde que estas se empezaron a construir. Desde las primeras urbes ubicadas alrededor del Éufrates y el Tigris, pasando por las polis griegas, el ser humano siempre ha intentado buscar el orden y la armonía.
Podemos considerar como padre del urbanismo moderno al arquitecto griego Hipodamo de Mileto. Fue el primero que planificó una ciudad, Pireo, con las calles cruzadas en ángulos rectos, creando así un patrón urbanístico de manzanas rectangulares que tenía, sin duda, como fin el orden racional en la construcción.
La ciudad perfecta plantea la siguiente pregunta; perfecta, ¿para quién y para qué?
A mediados del siglo XIX, el desarrollo de la industria del transporte y el abaratamiento de los costes de producción, dio lugar a un uso generalizado de los vehículos de tracción mecánica, las carretas tiradas por mulos de carga que circulaban por los caminos, se sustituyeron poco a poco por automóviles dando lugar a un nuevo sistema de movilidad.
Los puntos claves que, propiciaron este nuevo sistema, fueron los siguientes:
En el último tercio del siglo XX la civilización humana había logrado conquistar la movilidad.
A medida que el transporte se convertía en una necesidad:
1- Los caminos de adoquines fueron poco a poco transformándose en carreteras de asfalto.
2- Se construyeron autopistas y autovías.
3- El espacio para estacionar los vehículos se convirtió en un problema acuciante y las aceras se tuvieron que ir estrechando .
4- Se construyeron infinidad de parkings.
Las ciudades se fueron adaptando en función del aumento de vehículos y el bienestar del ser humano fue relegado a un segundo lugar.
Las urbes se han transformado en lugares donde; el desplazamiento se hace difícil, el aparcamiento imposible, las áreas para pasear cada vez son más reducidas y la contaminación ha hecho que en algunas ciudades respirar sea todo un reto.
En relación con las políticas de calidad del aire, la Agencia Europea del Medioambiente (AEMA) cuantifica en más de 20.000 las muertes prematuras que se producen anualmente en nuestro país debido a contaminantes atmosféricos que degradan la calidad del aire especialmente en entornos urbanos, principalmente CO₂ y pequeñas partículas en suspensión, siendo el transporte el principal foco emisor de dichos contaminantes.
Por todo ello, el sistema de movilidad que conocemos tiene que ser sustituido por uno nuevo en el que recuperemos nuestro lugar.
Pues bien, la movilidad sostenible quiere responder a esta necesidad, respetando tanto el desarrollo económico, protección de la sociedad y conservación del medio ambiente, creando ciudades en las que la vida sea cómoda y agradable. Es decir, urbes reordenadas en función de las necesidades de las personas y no de los vehículos.
Con este nuevo modelo se quiere dar solución a los problemas más graves. Por un lado, facilitar el desplazamiento y por otro lado, responder al reto climático que repercute directamente en nuestra salud. Todo esto implementado con el uso de las nuevas tecnologías que tienen como finalidad facilitar la vida a las personas.
Por ello, el Consejo de Ministro ha aprobado y remitido a las Cortes Generales el Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible en su reunión del 13 de diciembre de 2022, iniciándose de esta forma la tramitación parlamentaria que debe aprobarse y entrar en vigor antes de la finalización del año en curso.
A la hora del diseño de este nuevo modelo de movilidad sostenible, hay que poner en común una serie de puntos:
o El espacio en que se mueven.
o La preferencia de medio de locomoción.
o Horario de mayor afluencia en lo que al tráfico se refiere.
La Ciudad Autónoma de Ceuta, por su parte, está comprometida con la construcción de un futuro sostenible y amigable con el medio ambiente y el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) es una de las iniciativas claves . El PMUS es un proyecto ambicioso que busca mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y proteger el medio ambiente mediante la implementación de políticas de movilidad sostenible en la Ciudad.
Su objetivo principal es fomentar un tipo de desplazamiento, que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y promueva un medio ambiente más saludable. Para lograr esto, se quiere incentivar el uso del transporte público y otras alternativas sostenible, como las bicicletas y los patinetes eléctricos.
Entre las medidas incluidas el PMUS, se encuentran la mejora de la infraestructura vial y la creación de zonas peatonales y carriles bici. También , quiere reducir la dependencia del automóvil, especialmente en el centro de la ciudad, mediante la promoción de alternativas de transporte más respetuosas con el medioambiente y la aplicación de políticas de movilidad más eficiente y beneficiosas para con la sociedad.
Este Plan, no solo ayudará a reducir la contaminación del aire, sino que también contribuirán a mejorar la calidad de vida del ciudadano, al promover un estilo de vida más activo y saludable.
Además, el PMUS de Ceuta se centra en la participación ciudadana y el diálogo con los diferentes sectores de la sociedad para asegurar que las políticas de movilidad sostenibles sean inclusivas y atiendan las diferentes necesidades de la ciudadanía.
Otro reto importante que se persigue es la disminución del impacto ambiental, para este fin, se ha creado recientemente un marco legal con la aprobación de la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética, en ella se recoge otra medida muy importante, la creación de zonas de bajas emisiones (ZBE) en las capitales de provincias y aquellas ciudades cuya población sea superior a 50.000 habitantes.
Todas estas alternativas buscan crear urbes que antepongan el bienestar y calidad de vida del ser humano.
En definitiva, las nuevas ciudades deben ser organismos vivos, capaces de adaptarse a los nuevos retos que vayan surgiendo como; las formas de relacionarnos, transportarnos, consumir , realizar actividades de deporte y ocio, entre otras, es decir, deberán estar preparadas para un cambio constante en función de las necesidades de las sociedades futuras.
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