LA ECONOMÍA CIRCULAR UNA VIEJA AMIGA QUE SE VISTE CON ROPA MODERNA

LA ECONOMIA CIRCULAR UNA VIEJA AMIGA QUE SE VISTE CON ROPA MODERNA

La economía circular es, sin duda alguna, el futuro si queremos alcanzar un desarrollo sostenible. Se basa principalmente en las 3R: Reducir, Reciclar y Reutilizar. Algo que aplicaban ya nuestros abuelos. Reduciendo el consumo de productos, aunque ellos lo llamaban ahorrar, alargaban la vida útil de los mismos e incluso cambiando su uso antes de desecharlo, es decir, lo reciclaban. La ropa, libros, y demás enseres se reutilizaban de hermano a hermano, primo o vecino…. O como ellos decían se heredaban.

Cuando íbamos a comprar, se iba con el bolso, llamado coloquialmente “talega”. Se compraba al peso o a granel y se utilizaba cartuchos de papel como envoltorio. Las botellas vacías de cristal (leche, refrescos…) se recogían en las tiendas y el casco de las mismas, te lo descontaban del precio final.

Eran unos verdaderos activistas medio ambientales y ni lo sabían.

Como contrapunto a esta gestión de los recursos, llegó la Economía Lineal, y con ella, el llamado estado de bienestar.

Tuvo como principio, la Revolución Industrial que comenzó en Reino Unido y se extendió por Europa Occidental, trajo consigo un aumento de la productividad y por consiguiente de la riqueza.

Se fue desarrollando en varias etapas:

La primera revolución industrial utilizó el agua y el vapor para mecanizar la producción en masa.

La segunda, la energía eléctrica para generar más productos.

La tercera, se basó en la electrónica y la tecnológica.

La cuarta, que es la actual, se está construyendo sobre la tercera y dentro del marco digital (fusión entre las esferas físicas, digital y biológica) cambiando su crecimiento de lineal a exponencial.

Este modelo de producción lineal extrae materias primas y recursos de cualquier parte del mundo, transformándolos y transportándolos a sus destinos finales donde son usados y luego desechados. La mayoría de estos materiales, se llevan a vertederos o se incineran, y sólo una ínfima parte se recupera. Estamos acabando irremediablemente con los recursos del planeta, y no queremos verlo.

El consumo de materia prima se ha incrementado por tres desde el año 1970 y sigue en alza. Para garantizar un futuro sostenible es imprescindible que las políticas medioambientales reviertan este índice.

Por este motivo, se debe apostar por un modelo de economía circular que reduce el consumo, optimiza los recursos y pone en valor el reciclaje, teniendo en cuenta la separación de los productos de forma adecuada para que puedan ser transformados y vuelvan a formar parte de la cadena productiva, reutilizándolos o renovándolos, para fines distintos.

Otras de las cosas, que se deben tener en cuenta, es la reparación de aparatos electrónicos, con el fin de evitar el uso de nuevas materias primas, ahorrando la energía que se utiliza para la creación de nuevos productos, reduciendo los costes económicos y no generando residuos.

España tiene como objetivo posicionarse para el año 2030, como referente internacional en la gestión, reciclaje y reutilización de residuos. Apostando por la economía que nos enseñaron nuestros abuelos, pero llevándola a otro nivel con los avances tecnológicos que hemos logrado.

Esperemos que este “remake” de economía circular termine imponiéndose, nos ayude a proteger el medio ambiente, beneficie la economía local, cree nuevos nichos de empleo y favorezca la independencia de los recursos.

Ya existen empresas que tienen en la economía circular un plan de negocio. Ejemplo de ellas es : Close de Loop una compañía australiana que recicla cartuchos de impresora usados y plástico para mezclarlo con asfalto y cristal a la hora de realizar carreteras. La empresa Miniwiz que mediante una planta de reciclaje móvil es capaz de convertir 50 kilos de botellas de plástico en material de construcción, en una hora, empleando sólo energía solar. Aura, agua para dejar huella, han desarrollado las primeras botellas de agua en Europa, fabricadas totalmente con plástico reciclado o Ecoalf, ropa responsable con el planeta, creó su línea textil sin utilizar recursos naturales, apoyándose en el reciclaje. Todas ellas han encontrado un nicho de mercado sin tener que dañar el medio ambiente.

No debemos olvidar que el consumidor, es decir, nosotros, tenemos la última palabra, y podemos cambiar el curso del mercado al decantarnos por productos más beneficiosos para el medio ambiente.

Antes reducir, reciclar y reutilizar era ser solidario con el medio ambiente. Hoy es una necesidad que no podemos obviar.